viernes, 21 de marzo de 2014

De muy malas maneras.


 
 
Entraste en mi casa sin llamar 
así como quien no quiere la cosa
de dos patadas en la puerta
a mi me pareció un tanto brusco 
y un poco como de muy malas maneras 


Te desnudaste después de dos vasos de whisky 
y me invitaste a que me quitara la ropa de dudosas formas 
apagaste la luz y me empujaste bruscamente 
apoyando las palmas de tus manos en mi pecho



Lo demás hoy no voy a contarlo, solo diré 
que me atraparon aquellas dos columnas jónicas, 
y que en el tocadiscos sonaba la trompeta de Chet Baker, 
que te fumaste el último cigarro Luky Strike de mi cajetilla 
de tabaco y que ni siquiera me dijiste adiós. 
Y no es que me doliera 
pero no me parecieron las formas correctas



Desde aquella noche aún sigues entrando sin llamar, 
bebiéndote mi whisky y fumándote mis cigarrillos. Así 
como quien no quiere la cosa.



Te llevaste un juego de llaves. 

Y dejaste olvidar un pijama, unas braguitas 
y un cepillo de dientes.



Hoy, me siguen pareciendo muy malas maneras. 
Y así llevamos ya casi diez años.

                                       (Nacho Bravo)